1. Si uno de los padres es obeso, la tasa de obesidad del niño aumentará aproximadamente un 30%.
2. Si el padre es obeso y el niño es una niña, el riesgo de que la niña padezca cáncer de mama también aumentará.
3. Si el padre tiene sobrepeso, la confianza en sí mismo del niño también se verá perjudicada.
Así que la mejor manera es perder peso lo antes posible, lo que también será bueno para la próxima generación.