Las hojas de hortalizas se pueden utilizar como abono orgánico. Agregar fertilizante orgánico al suelo puede hacer que el suelo sea más nutritivo y tenga mejor fertilidad.
Sin embargo, las hojas podridas deben procesarse y fermentarse primero. Si coloca hojas podridas directamente en el suelo, no solo aumentará los nutrientes del suelo, sino que también hará que se pierdan, provocando enfermedades y plagas en las plantas y flores.
Si arrojamos hojas de hortalizas podridas directamente al suelo, esta se pudrirá sola lentamente y luego se descompondrá en un olor muy desagradable, que no solo afectará a la calidad del aire.
Si esta sustancia entra en contacto con el suelo, causará un gran daño al suelo, e incluso el suelo fértil eventualmente se convertirá en suelo pobre.