1 Problemas operativos: pueden ocurrir fallas técnicas, daños al equipo o fallas mecánicas durante la operación del tren, que requieren reparación o reemplazo, lo que resulta en retrasos en el tren.
2. Condiciones climáticas: Las condiciones climáticas severas, como tormentas, fuertes nevadas o niebla densa, pueden afectar negativamente las operaciones de los trenes, ya que la seguridad es la consideración principal, es posible que los trenes deban reducir la velocidad o detenerse, lo que resultará en. Demora.
3. Congestión del tráfico ferroviario: El tren puede sufrir retrasos cuando encuentre congestión por parte de otros trenes o trenes de mercancías, así como restricciones de tráfico provocadas por trabajos de ingeniería o mantenimiento ferroviario.
4. Problemas con los pasajeros: Los problemas con los pasajeros, como el retraso de los pasajeros y los retrasos en la subida y bajada del tren, también pueden provocar retrasos en el tren. Además, si los pasajeros enferman repentinamente o necesitan tratamiento de emergencia durante el viaje, las operaciones del tren también pueden verse afectadas.
5. Problemas de programación de operación: El plan de programación de operación de trenes puede verse afectado por varios factores, como conflictos en los planes de operación de trenes, ajustes en la prioridad de los trenes, cruces de estaciones, etc. , esto puede provocar retrasos en los trenes.
6. Paradas por mantenimiento: Algunos trenes deben ser revisados o detenidos en ruta para garantizar la seguridad y confiabilidad de su operación. Si estas paradas o mantenimiento demoran más de lo esperado, los trenes sufrirán retrasos.
Cabe señalar que aunque el operador ferroviario hará todo lo posible para garantizar que el tren llegue a tiempo al destino, todos los factores anteriores pueden afectar la puntualidad del tren. Diferentes sistemas ferroviarios y países pueden tener diferentes estándares de puntualidad y medidas para hacer frente a los retrasos.