Las impresoras y fotocopiadoras láser también producen cierto polvo, incluidas partículas de tóner, que pueden irritar el tracto respiratorio y causar inflamación del tracto respiratorio superior, como rinitis, faringitis y bronquitis. Al mismo tiempo, el polvo de producción también puede irritar la piel y provocar sequedad, foliculitis y otras enfermedades. El peligro más grave del polvo es que puede provocar silicosis.
Las personas que se dedican a copiar trabajos durante mucho tiempo deben prestar atención a reforzar la protección laboral. Si es posible, puede instalar un extractor de aire o un tubo de escape en el estudio para permitir que el ozono interior y los óxidos de nitrógeno se descarguen al aire libre de manera oportuna. Las salas con muchas fotocopiadoras y cargas de trabajo pesadas deben instalar equipos de eliminación de polvo para reducir el polvo.
Se debe utilizar alcohol para limpiar el polvo revelador y no se deben utilizar disolventes de benceno. La fotocopiadora debe estar cubierta con objetos para bloquear la estimulación de luz intensa.
Los operadores de fotocopiadoras también deberían aumentar su ingesta de vitamina E para proteger las biopelículas celulares de los óxidos de nitrógeno. Además, si tienes enfermedades respiratorias, insomnio, mareos y mujeres embarazadas, lo mejor es no utilizar la fotocopiadora.