La hulla bituminosa y la antracita son ambos tipos de carbón. A juzgar por el nombre, se podría pensar que la antracita debería emitir menos hollín al quemarse que el carbón bituminoso. ¿Cómo es realmente? Entendamos la diferencia entre los dos.
1. Carbón bituminoso
El carbón bituminoso es un tipo de carbón transformado a partir de lignito mediante metamorfismo. El grado de carbonificación es mayor que el del lignito y menor que el de la antracita. Incluyendo carbón de llama larga, carbón gaseoso, carbón graso, carbón coquizable, carbón pobre, carbón pobre, etc.
El carbón bituminoso es de color negro grisáceo a negro, con brillo asfáltico a brillo diamantino. Suele tener una estructura en forma de tira y no contiene ácido húmico nativo. El contenido volátil es del 10% al 40%, que generalmente disminuye a medida que aumenta el grado de carbonificación.
El contenido de carbono es del 76% al 92%, el poder calorífico es relativamente alto y el poder calorífico es de 27.100 a 37.200 J/kg. La mayoría del carbón bituminoso tiene propiedades aglomerantes y, cuando se quema, la llama es alta y humeante, de ahí el nombre de carbón bituminoso. El carbón bituminoso tiene abundantes reservas y una amplia gama de usos. Puede utilizarse como carbón para coquización, energía y gasificación. El carbón bituminoso arde produciendo mucho humo y puede provocar fácilmente contaminación del aire.
2. Antracita
La antracita, comúnmente conocida como hulla blanca o hulla roja, tiene el mayor grado de carbonificación. El rendimiento de componentes volátiles es bajo, el contenido es menor o igual al 10%, la densidad es alta, la dureza es alta, el punto de ignición es alto, no hay humo al quemarse y no es fácil encenderse espontáneamente. durante el almacenamiento, lo que facilita el transporte a largas distancias.
En apariencia, también tiene el mismo brillo metálico que el carbón bituminoso.
Como la antracita se quema sin humo, tiene muchos usos. La antracita se utiliza principalmente como combustible para uso civil, como materia prima para la fabricación de amoníaco sintético, como materia prima para la fabricación de materiales de carbono como electrodos de carbono, pastas de electrodos y carbón activado, y como combustible para generadores de gas.