Recordar esos eventos discretos de la infancia, aunque son pequeños, esos recuerdos son muy conmovedores, porque con estos recuerdos puedes seguir progresando, persiguiendo y creciendo. La infancia siempre me lo recuerda. Pensando en ese colorido sueño, cuando Yaya estaba aprendiendo el idioma, cuando aprendió a caminar por primera vez, cuando subió al escenario por primera vez, cuando llamó a sus padres por primera vez, por primera vez... ese momento, todos los Los disparos están a la vista.
Ese fue un recuerdo inolvidable y una infancia inolvidable. El día que llevé mi nueva mochila a la escuela por primera vez, finalmente pude ir a la escuela como los demás niños. Para mí, este es mi momento histórico. Mis padres tomaron con sus cámaras esta mirada más feliz e inolvidable, que se convirtió en lo más gratificante para ellos. También se ha convertido en el retrato más feliz de mi familia. Este momento inolvidable, tan hermoso y dulce, siempre aparece en mi mente. Sin embargo, las cosas buenas quedaron en el pasado. En los largos días, después de templarme una y otra vez, me templé para ser tan duro como el acero y débil. Nadie sabrá la presión del estudio y nadie sentirá lástima. En otoño, cuando caen las hojas caídas, sólo hay trabajo duro y pérdida de felicidad. Esto es amargo. Cuando era niña, en la primavera, cuando abrían cientos de flores, mi infancia con hermosos sueños pasó rápidamente.