Las entrevistas para el personal que no pertenece al personal en instituciones públicas son rápidas, pero dependiendo de la situación de la unidad, algunas unidades necesitan trabajadores con urgencia y lo llamarán con anticipación, generalmente con uno o dos meses de anticipación.
El "personal que no forma parte del personal" no es tratado política ni económicamente como empleados regulares y se les considera "ciudadanos de segunda clase" en la unidad. Incluso si algunos "personal no funcionario" obtienen mejores resultados que los "empleados regulares", no disfrutan del mismo trato que los empleados regulares. Este sistema se aparta de leyes laborales como "igual salario por igual trabajo" y "más trabajo, más ganancias". Por otro lado, en la gestión, el "personal no funcionario" es "personas de las que hay que tener cuidado", por lo que siempre se sienten inferiores. Este tipo de discriminación objetiva de identidad está lejos del concepto moderno de equidad y justicia.