En cambio, se produce el ascenso, la caída y la rotación de varias religiones.
Sus ejes emiten el dulce y bien engrasado sonido de la sala de oración.
Jerusalén es un balancín; a veces bajo
Al pasado y a veces me elevo hacia el cielo y grito como jaja. Gritaba como un niño y sacudía las piernas con fuerza