Mi padre tiene un par de manos cálidas. En mi impresión, estas manos siempre están cálidas y me traen mucha alegría.
Papá tiene varias venas azules obvias en el dorso de cada mano. La palma es amarilla, el dorso de la mano es de color madera claro, las líneas de la palma son muy oscuras y las diez uñas están cortadas muy cortas. Las manos de papá todavía son muy grandes, un círculo más grande que las mías y no mucho más pequeñas que los libros de tareas que suele usar para los deberes. Las manos de papá no se sienten tan delicadas y ásperas, pero se sienten cálidas y llenas de fuerza. Una de las manos de mi padre podría levantarme por encima de mi cabeza.
La característica más importante de las manos de papá es su calidez. En las mañanas de invierno, mi padre siempre hacía todo lo posible para enviarme a la escuela. En el camino, el viento soplaba con tanta fuerza que casi penetraba hasta los huesos de las personas. Aunque me puse mucha ropa, todavía sentía mucho frío, especialmente mis manos y cara expuestas, como si me hubieran cortado con un cuchillo. En ese momento, mi padre me dejaba caminar detrás de él para bloquearme el viento, sosteniendo la pesada mochila en una mano y sosteniendo mi manita fría en la otra, envolviéndola con fuerza y alejándome. El viento ya no podía soplar. a mí. . La mano de papá es como un suave rayo de sol que brilla sobre mí. De repente sentí que mi malestar había desaparecido mucho y mi corazón se calentó. En el camino, la mano de mi padre siguió sosteniendo mi mano, manteniéndola caliente, pero mi mano gradualmente se volvió fría y roja.
Cuando estoy frustrado o triste, mi padre extiende la mano, me da palmaditas en el hombro y me toca la cabeza, dándome el mayor aliento y consuelo. Cuando caminaba un largo camino, mi padre me apretaba las piernas con las manos para que me sintiera cómoda y nunca más me sintiera cansada. Cuando ganaba un honor, mi padre hacía una señal de victoria en forma de V con sus manos y estaba feliz conmigo.
Las manos de papá no son tan tiernas como las mías, ni tan inteligentes como las manos de mamá, ni tan trabajadoras como las de la abuela, ni tan trabajadoras como las del abuelo. Sin embargo, las manos de mi padre pueden traerme verdad y felicidad y hacerme sentir diferente, gentil y amable.
¡Amo las cálidas manos de mi padre y amo a mi padre, que se preocupa por mí aún más!