El modelo educativo del padre: persistencia y palabra

Cuando pienso en mi infancia, parece que los días en que mi padre me golpeaba todavía están ahí. Yo era tan traviesa en ese momento que casi me vuelvo loca. Durante una obra de teatro con mi primo, lo empujé hacia afuera de la puerta y mi padre me abofeteó fuertemente. La educación bajo esos palos me hizo cada vez más rebelde, y sentía temor y reverencia por mi padre. Una conversación sincera con mi padre es para mí una esperanza lejana y la comunicación verbal es aún más lamentable.

El modelo educativo del padre

El método educativo del padre es palo, palabras y hechos. Eligen la educación con palos porque es simple y directa y puede detener rápidamente el comportamiento de los niños. Sin embargo, utilizar el lenguaje para enseñar no es fácil para todos los padres, especialmente para su generación, que tiene una educación limitada y puede que no sea lo suficientemente paciente.

Reacción del niño

El niño se asustó por los golpes de su padre y se volvió distante. No se atreven a confiar en su padre y su relación con él se vuelve extraña.

Reflexiones sobre los métodos educativos

Mi padre y mi abuela reflexionaron sobre sus métodos educativos después de que mi hermano escapara. Son muy conscientes del daño que la educación permanente puede causar a los niños, pero aun así eligen este camino. Esto nos hace pensar profundamente: ¿deben los métodos educativos adaptarse a los tiempos?

La relación entre padre e hijo

La educación con palos aliena la relación entre padre e hijo. El padre anhela un hijo feliz, abierto, accesible, un amigo en quien pueda confiar sin preocupaciones.

El comienzo del cambio

El padre empezó a ajustar su actitud y a tratar cada comportamiento de sus hijos con más paciencia y comprensión. A medida que se volvía más y más gentil, las sonrisas de los niños aumentaron gradualmente. Para su deleite, su temperamento se calmó y su paciencia aumentó. Cuando se enfrentó nuevamente a las travesuras del niño, pudo ver el progreso del niño y comprender el espíritu exploratorio que debería tener a esta edad. En lugar de intentar detener al niño, lo animó a seguir adelante.