En el mundo de los cuentos de hadas, es imposible que no haya nieve.
Cuando te despiertes al día siguiente, verás ardillas saltando entre las ramas nevadas.
El muñeco de nieve del vecino también te dará el visto bueno.
Podría ocurrir una pelea de bolas de nieve entre usted y su hijo.
Sin embargo, estas no son razones para que escribas poesía.
Salvo el silencio que trae la nieve.
La persona que escribe tarde en la noche,
Debe quitar la nieve antes de que llene el mundo.
Encuentra sus raíces;
También debe recorrer las palabras para acercarse.
La única ventana que no se congela,
Luego nieva, nieva, nieva.