Se dice que la felicidad es una hermosa bola de cristal, rota y esparcida por todos los rincones del mundo. Algunas personas recogieron más y otras recogieron menos. Aunque nadie puede tenerlo todo, cada vez que me agacho o recojo algo es felicidad. Quizás la vida sea una especie de estado de ánimo. Aprovecha tu estado de ánimo, aprovecha el hoy, prepáralo para el mañana y guárdalo para siempre. Mientras lo sientas y lo recojas con el corazón, la felicidad siempre existirá.
Algunas personas dicen que la vida es demasiado ordinaria y que la felicidad está muy lejos. De hecho, hay fragmentos de felicidad en todas partes de tu vida. Mientras mires el mundo con ojos de descubrimiento y aceptes la vida con una actitud agradecida, podrás cosechar muchas señales de felicidad. Un elogio sincero en el aula, un cálido estímulo en el campo; fotos de tertulias felices en el teléfono, platos de comida caliente en la mesa del comedor o de una salida feliz, un paseo bajo la lluvia primaveral, una lectura embriagadora, un llanto después de un día; ¡Éxito, compañeros, recojan la felicidad de la vida con el corazón, empaquétenla en su equipaje y acompáñenlos a crecer felices!