2. La gente de todo el mundo comprende, comprende, comprende, comprende, comprende, comprende, comprende, comprende, comprende. En una palabra ¿quién es? ¿Quién es? ¿Quién es? ¿Quién es?
Cuando pensamos en las relaciones, es importante reconocer que cada persona tiene un yo interior que no se puede entender. Deberíamos darnos cuenta de que el entendimiento mutuo entre las personas siempre es incompleto. En definitiva, tenemos que admitir que no entendemos en absoluto el corazón del otro, porque cada uno tiene un mundo interior en el que no puede profundizar, donde nadie puede entrar y mucho menos comprender.