Efectivamente. La vida es así, no hay vida perfecta y no hay personas perfectas. Hay demasiadas cosas imperfectas esperando que tengamos que luchar con ellas, y demasiados detalles imperfectos esperando que nos volvamos locos. Algunas personas quieren borrar un error como un trozo de tiza, y otras quieren reiniciar el juego como si estuvieran jugando cuando se encuentran con un vínculo vergonzoso.
Sin embargo, la vida nunca es un juego y no existe una función de reinicio. Ya sea fracaso, vergüenza o incluso errores graves, quedarán registrados en forma de historia en nuestras vidas imperfectas. Si estás loco por estas cosas inmutables que se han convertido en historia, sólo te agotarás más. Si utilizas los mismos estándares para llevar la perfección a los demás, hará que una relación originalmente feliz se convierta en como caminar sobre hielo fino.
Así que, si quieres triunfar, primero debes aprender a aceptar tus imperfecciones. Sólo aceptando con valentía nuestro yo imperfecto podremos convertirnos en personas más fuertes por dentro. En segundo lugar, debemos aprender a aceptar las imperfecciones de la vida, considerar cada revés como un adorno de la vida, perdonar las bromas bien intencionadas de Dios y luego vivir con tranquilidad. Finalmente, debemos aprender a aceptar a las personas imperfectas, gestionar las relaciones interpersonales de manera más armoniosa y hacer la vida más cómoda y satisfactoria.