La espada japonesa fue destruida en 1946. En ese momento, justo después de la Guerra Antijaponesa, el general MacArthur, comandante en jefe del ejército estadounidense en Japón, juntó todas las espadas japonesas para fabricar acero y, al mismo tiempo, disolvió la Asociación Japonesa de Artes Marciales (que marcaba el pérdida total de la antigua habilidad con la espada japonesa).
Más tarde, muchas personas del círculo artístico japonés intercedieron ante MacArthur, diciendo que estas espadas eran artesanías con un alto valor artístico y apenas se conservaban.