La "desindustrialización" de la educación

La "desindustrialización" de la educación

La primera es la desindustrialización.

"Doble reducción", el nuevo Ministro de Educación ha asumido su cargo y la reforma educativa está en pleno apogeo. El caos en la educación proviene de la industrialización, que confunde no sólo a la educación, sino también a la sociedad y a las familias. Si no se elimina la industrialización, el país no será pacífico.

El segundo es la capitalización.

Desde la industrialización, el capital se ha centrado en el grueso de la educación, con el objetivo de obtener ganancias, haciendo que la educación pierda su función de educar a las personas. Los libreros ingresan al campus y las bandas de tareas y los tutores simios participan directa o indirectamente en las actividades escolares. El jefe y el director se confabularon entre sí para producir sólo personas deformes.

El tercero es la desadministración.

Este es un dicho viejo, porque se lleva diciendo muchos años y no ha habido mejora. La educación tiene sus propias leyes. Una vez que el director se considera un funcionario, ¿cómo puede dirigir la escuela? Los nombramientos son hechos por el director y los exámenes son organizados por la autoridad competente. Sólo rinde cuentas ante quienes lo promovieron. Sólo cuando los profesores, estudiantes y padres tengan voz y voto en la formación del director, éste podrá dirigir la escuela con seriedad.

La desindustrialización es un tema importante para cambiar el concepto de educación y aclarar el propósito de administrar las escuelas. Dejemos que la educación entre en el camino de educar a las personas y cultivarse a sí mismas. La descapitalización requiere que el Estado garantice la inversión en educación. Aunque ahora está aumentando, todavía no es suficiente. No se puede permitir que el capital se aproveche de la situación. La desadministración significa entregar el mecanismo de selección, el mecanismo de evaluación y el mecanismo de retención del director a la junta escolar, permitiendo a los directores tener autonomía para administrar las escuelas dentro del marco legal. La intervención administrativa en las escuelas está condenada a la administración de las escuelas.