Historia marroquí

En la antigüedad, Marruecos experimentó una ola de invasores, incluidos fenicios, cartagineses, romanos, vándalos y bizantinos, pero con la llegada del Islam, Marruecos desarrolló estados independientes en los que también permanecen poderosos invasores.

Dinastía Bereber

Chica Bereber

En el año 702, los bereberes se rindieron al ejército islámico y aceptaron el Islam. Aun así, Marruecos todavía estaba gobernado por extranjeros, algunos de los cuales formaban parte del califato omeya, que controlaba gran parte del norte de África. Sin embargo, en 1056, bajo la dinastía almorávide, surgió el Imperio Bereber. Durante los siguientes 500 años, Marruecos estuvo gobernado por dinastías bereberes: la dinastía almorávide (desde 1056), la dinastía almohade (desde 1174) y la dinastía Marin.

Fue durante las dinastías almorávide y almohade que Marruecos controló la mayor parte del norte de África, España y Portugal. En 1238, los almohades perdieron el control de las zonas musulmanas de España y Portugal, entonces conocidas como Andalucía. Los meriníes intentaron recuperarlo, pero nunca lo consiguieron.

El resurgimiento del poder marroquí

A mediados del siglo XVI, resurgió un estado poderoso bajo el liderazgo de la dinastía Saadí, que antes se había apoderado del sur de Marruecos. Saadi derrotó a los watasides en 1554 y posteriormente impidió con éxito las invasiones portuguesas y otomanas. En 1603, una serie de disputas dieron lugar a un período de agitación que terminó en 1671 con la formación de la dinastía Arali, que todavía hoy gobierna Marruecos. Durante los disturbios, Portugal volvió a afianzarse en Marruecos, pero una vez más fue abandonado por el nuevo gobierno.