Por lo tanto, al educar a sus hijos, los padres deben evitar regañar, pero deben captar el meollo del problema, señalar cuidadosamente sus propios errores y explicar la verdad a sus hijos de manera concisa. Siempre que el niño comprenda el significado de las críticas y la educación en ese momento y tenga la intención de arrepentirse, los padres deben detenerse y no repetir las críticas. Si el niño ha corregido sus defectos y errores, los padres deben dejar de regañar. Si los defectos y errores del niño no han sido corregidos, los padres deben evitar regaños repetidos cuando vuelvan a criticar la educación. Puede utilizar un lenguaje, tono y expresiones diferentes a los de la última vez y llevar a cabo una educación crítica de manera concisa y decidida. Esto se complementa con medidas específicas de asistencia y supervisión.
Además, prueba un nuevo método: convertir las molestias en preguntas. Cuando descubra el problema de su hijo, cambie lo que quiere decir por una pregunta para que su hijo responda. De esta forma, el efecto puede ser mejor.