Primero, esté interesado en capturar las frustraciones de su hijo.
“Frustración” puede significar cosas diferentes para los niños y los padres. La frustración a los ojos de los padres puede deberse a que no obtuvieron buenos resultados en un examen, o no aprobaron un juego, etc. La frustración en los ojos de un niño puede ser que los niños en la escuela no juegan con él o que le falta su lápiz favorito.
Solo cuando los padres sepan cuáles son los reveses de sus hijos podrán darse cuenta de que la vida de sus hijos en realidad está llena de reveses. Realmente no hay necesidad de crear reveses artificialmente.
En segundo lugar, ante los reveses, los padres deben brindar apoyo emocional a sus hijos y aceptar aliviar sus emociones.
Todo el mundo se siente inevitablemente triste y frustrado cuando encuentra dificultades o comete errores. Por lo tanto, los padres deben comprender a sus hijos emocionalmente en lugar de culparlos ciegamente o ser completamente negativos. Cuando los niños tienen emociones negativas, los padres deben aprender a identificarse con ellas y no permitir que sus hijos se sientan culpables por ellas. Pregúntele al niño: "Oh, te entiendo. ¿Cómo te sientes?" Anímelo a expresar sus verdaderos sentimientos, a aceptar sus emociones cara a cara y a expresarlas de manera apropiada.
O los padres pueden compartir cómo se sintieron cuando enfrentaron reveses similares y cómo salieron de ellos. Que el niño sienta que ante los contratiempos no está solo en un callejón oscuro, sino que cuenta con la aceptación y el apoyo incondicional de su familia. Deje que los niños aprendan gradualmente a expresar y afrontar las frustraciones.
En tercer lugar, los niños se dan cuenta de que el fracaso y los errores son parte de la vida.
Además del apoyo emocional, los padres también necesitan brindar apoyo cognitivo a sus hijos, permitiéndoles darse cuenta de que el fracaso y los errores son una parte inevitable de la vida, y que la decepción y la tristeza también son emociones que experimentamos a menudo. . La clave es cómo los miras.
La actitud de los padres ante el fracaso determina la actitud de sus hijos ante el fracaso y los reveses. Si los padres sienten que los errores son imperdonables, será difícil para los niños deshacerse de las emociones negativas y tomar acciones positivas; por otro lado, los padres sienten que los errores no son terribles; La clave es aprender de tus errores y lo que puedes hacer para mejorar. Los niños también seguirán a sus padres para resolver sus emociones negativas y tomar acciones positivas.
En cuarto lugar, cultivar la mentalidad de crecimiento de los niños de “resolver problemas”.
Los padres no solo deben entrenar a sus hijos para que resuelvan gradualmente sus emociones y ya no tengan miedo de los errores o fracasos, sino también cultivar el modo de pensamiento de sus hijos de "Necesito resolver problemas".
Por ejemplo, un niño participó en una competición en China, pero solo llegó a la final regional y no a la final nacional. Los niños inmaduros colapsarán y sentirán que no son lo suficientemente buenos y han fracasado. En este momento, los padres deben recordarles que aprendan a desviar su atención de "inmersos en sus propias emociones" a "pensar en cómo resolver problemas". Guíe a los niños a pensar en sus propias fortalezas y debilidades y a compensar sus deficiencias a tiempo. En última instancia, todo se reduce a "resolver el problema". Esta forma de pensar es importante.
En resumen, para cultivar la capacidad de los niños para afrontar los reveses, los padres deben brindarles apoyo integral: apoyo emocional, apoyo cognitivo y apoyo al pensamiento. Estos apoyos deben integrarse y utilizarse en la vida real. El desarrollo infantil es un proceso a largo plazo con muchos factores entrelazados. Los padres necesitan agudas habilidades de observación e integración. Sólo así los niños podrán estar preparados para afrontar los reveses, tener el coraje y las estrategias para afrontarlos y superar las dificultades con éxito.