El caso de fraude de Volkswagen se remonta a 2015. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos acusó a Audi de violar la Ley de Aire Limpio. Están involucrados los modelos Jetta, Beetle, Golf y otros de Volkswagen. El software especial instalado en estos vehículos les permitió pasar pruebas de emisiones, venderse con éxito a los clientes y circular por las carreteras de Estados Unidos. Ante las acusaciones de la Agencia de Protección Ambiental, Volkswagen confesó y admitió plenamente haber utilizado software falso en otros países. Todos pasaron sus pruebas de emisiones de escape y aprobaron un software que controla el tiempo de descarga de la solución de urea, y eso es todo.
Otro caso falso relacionado con el aluminio de los satélites es una vieja noticia de 2009. De 2009 a 2011, Estados Unidos no logró lanzar dos satélites seguidos. Durante mucho tiempo, la NASA no pudo entender por qué. No fue hasta 2015 que la NASA descubrió que el aluminio utilizado en esos dos satélites era falso. La calidad de estos materiales de aluminio no cumplía en absoluto los estándares para el uso de satélites, pero para sacar provecho de ellos, los proveedores proporcionaron informes de pruebas falsos y pasaron la inspección de la NASA. Este accidente no solo estuvo relacionado con los dos satélites que no se lanzaron, sino que también se encontraron hasta 4.000 resultados de pruebas manipulados, lo que también demostró que pueden ocurrir accidentes en cualquier momento con los satélites estadounidenses que operan en el espacio.
Estos dos fraudes no son los únicos casos en la historia de Estados Unidos. Cada una de estas estafas conmociona al país y tiene un enorme impacto, provocando pérdidas irreparables tanto a nivel económico como ambiental. No importa cuán sofisticadas sean las técnicas de falsificación, la falsificación nunca será real y las ganancias mal habidas obtenidas mediante este método no durarán mucho.