Cuando derrame sopa de verduras en mi ropa, cuando me olvide de atarme los zapatos, por favor piensa en cómo te tomo de la mano y te enseño lentamente.
Cuando repito lo que estás cansado de escuchar una y otra vez, por favor escúchame con paciencia y no me interrumpas.
Cuando eras pequeña tuve que repetir mil veces la historia que te conté hasta que te dormiste.
Cuando necesitaba que me ayudaras a bañarme, por favor no me culpes.
¿Recuerdas cuando hice todo lo posible para convencerte de que te ducharas?
Por favor, no te rías de mí cuando me sentí abrumado por las nuevas tecnologías y las cosas nuevas. p>Piensa en cómo respondí pacientemente a cada “por qué” que me diste
Cuando mis piernas estén cansadas y no pueda caminar, por favor mantenme joven y fuerte. Préstame tu mano y ayúdame.
Así como te ayudé cuando eras niño aprendiendo a caminar.
Por favor, dame un poco cuando de repente olvido el tema de nuestra conversación. p>
De hecho, no importa lo que diga, mientras puedas escucharme, estaré satisfecho.
Cuando me mires, por favor no estés triste. . Entiéndeme y apóyame.
Tal como lo hice contigo cuando estabas aprendiendo a vivir
Ahora, por favor, camina conmigo durante la última parte. viaje
Dame tu amor y paciencia, y te lo pagaré con una sonrisa agradecida. Esta sonrisa encarna mi amor infinito por ti "
Los padres ancianos anhelan el cuidado de. sus hijos, y hay infinitas expectativas entre líneas. El amor familiar no tiene precio. Deberíamos aprender más sobre la cultura de la piedad filial y preocuparnos más por nuestros padres, para que las personas mayores puedan tener un buen ambiente de comunicación, apreciar lo que tienen ahora y dedicar más tiempo a cuidar de sus padres.
Son tus padres quienes te dan a luz, y son tus padres quienes te crían. Los padres son los que más pagan por sí mismos. Debemos aprender a ser filiales y respetar a nuestros padres. Nuestros padres no sólo hacen bien su trabajo, sino que también se esfuerzan mucho en gestionar nuestras familias. El amor de nuestros padres por nosotros es desinteresado y no correspondido. Lo que podemos hacer es que, cuando crezcan, podamos quedarnos con ellos, tal como cuando éramos niños, él se quedó con nosotros cuando crecimos.