Son los padres y los profesores quienes educan a los niños.

Los padres y los maestros deben trabajar juntos para educar bien a los niños. Este es un objetivo. Los docentes no pueden asumir toda la responsabilidad de la educación, pero más docentes deberían desempeñar un papel de liderazgo y convertirse en guías y promotores del aprendizaje y desarrollo de los estudiantes. Los profesores deben enseñar a los estudiantes de acuerdo con sus aptitudes, prestarles más atención y permitirles desarrollar su personalidad de manera integral. Al mismo tiempo, el papel de los padres también es bastante importante. No podemos dejar la responsabilidad de la educación en manos de los docentes. Los padres deben cooperar con los profesores para orientar correctamente las tareas de sus hijos y las normas de comportamiento diarias. Se puede ver que en la educación de los niños, la enseñanza y la educación de los maestros son indispensables, y la ayuda de los padres también es indispensable. Los dos se complementan y sacan lo mejor de cada uno.

Como docentes, no podemos dejar toda la responsabilidad de la educación a los padres, por ejemplo, dejar que los padres supervisen las tareas de sus hijos, informarles de todo e invitar a los padres a venir a la escuela para asistir a reuniones. Criticar a los estudiantes por su mala gestión. Esto es completamente inaceptable y erróneo. Si los profesores hacen esto, tratarán a los padres como herramientas y la tutoría debe ser moderada, lo que va en detrimento del aprendizaje y desarrollo de los estudiantes. Al mismo tiempo, los profesores deben comunicarse con los padres para comprender la situación de los estudiantes y enseñarles de acuerdo con sus aptitudes.

Al mismo tiempo, los padres deben cooperar activamente con los maestros, y los maestros deben asegurarse de que las calificaciones de los estudiantes mejoren cada vez más, en lugar de enviarlos a la escuela. Esta visión es incorrecta y anormal. Los padres deben darse cuenta de que también tienen una gran influencia en sus hijos. Por lo tanto, los padres también deben predicar con el ejemplo y dar un buen ejemplo a sus hijos. Por ejemplo, no juegues con tu teléfono móvil todo el tiempo después de salir del trabajo y no te comuniques con tus hijos. En cambio, deberías comunicarte más con tus hijos, guiarlos en sus estudios e inspirarlos. Cuando un niño comete un error o hace una pregunta equivocada, no solo lo culpe por no ser inteligente, sino anímelo a ayudarlo activamente a analizar por qué cometió un error.

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