Algunos padres enfatizan las calificaciones y las dividen en notas que sus hijos deben obtener en clase o incluso en el colegio. Si el niño retrocede algunos puntos, se considerará que ha descuidado sus estudios y no se le permitirá jugar con estudiantes con bajo rendimiento académico. Este tipo de educación de los padres es extremadamente infructuosa. Incluso si los niños que entrenan pudieran ir a escuelas como Tsinghua y la Universidad de Pekín, su comprensión del mundo seguirá siendo problemática. Este tipo de niño pasa veinte años estudiando, lo que supone una cuarta parte del tiempo de una persona. En esta etapa, los niños recién comienzan a comprender el mundo. Solo sienten la presión de este mundo y el aburrimiento de aprender. De esta forma, la visión del niño sobre la vida se volverá rígida y no sabrá llevarse bien con los demás.
Algunos padres consideran a sus hijos como herramientas para presumir y están decididos a cultivar en sus hijos talentos completos. Deje que sus hijos participen en varias clases de formación y organice su vida extraescolar en clases extraescolares. Pensar que es bueno para los niños y entrenarlos para que sean todoterreno en realidad arruina su infancia. Los niños criados de esta manera no son buenos en todas las materias. No sólo están físicamente cansados, sino que al final no logran nada. Entre ellos, algunos niños heredarán la esencia del lucimiento, luciendo por todas partes como un precioso pavo real, con un fuerte deseo de expresarse. No es bueno que los niños sean astutos y contundentes.
Creo que una buena educación debería cultivar en el niño una excelente perspectiva de la vida y de cómo afrontar el mundo. Excelente y discreto, tolerante y tranquilo. Este tipo de educación permite a los niños respetar a cada individuo, comprender el bien y el mal, compartir el bien y el mal y tener su propio juicio único frente a las cosas. Estos niños son alegres e introvertidos, y los demás los respetan y envidian fácilmente desde el fondo de su corazón. En primer lugar, debemos brindar a los niños buenas condiciones económicas y, en segundo lugar, debemos prestar atención a la educación del carácter. He visto algunos niños que son tan geniales como caballeros, discretos y hacen que la gente se sienta muy cómoda. Son elogiados sinceramente. Esta es una excelente persona.