Sé un modelo a seguir para tus hijos
¡Los niños son imitadores naturales y tú eres su primer maestro! Dejar de lado el castigo corporal y guiar con amor, para que los niños puedan prosperar en un ambiente familiar armonioso.
Conecta corazón a corazón con los niños
Después de un ajetreado trabajo, no olvides darles un cálido abrazo a tus hijos y escucharlos con paciencia. Comprende sus emociones, resuelve su confusión y rebelión con amor.
Sé razonable y no golpees ni regañes.
Cuando te enfrentes a la obstinación de los niños, intenta razonar con ellos en un tono amable. Deje que los niños aprendan a ponerse en el lugar de los demás, para que puedan reconocer espontáneamente sus propios errores y aceptar sugerencias.