En segundo lugar, las preguntas deben ser claras y apasionantes, es decir, desafiantes e inspiradoras, y la dificultad de las preguntas debe variar de persona a persona.
En tercer lugar, debemos ser buenos para inspirar e inducir. Al plantear preguntas, debemos ser buenos para inspirar a los estudiantes, analizar y pensar utilizando el conocimiento y la experiencia existente de los estudiantes o el conocimiento perceptivo obtenido al observar ayudas visuales para la enseñanza, estudiar contradicciones y utilizar situaciones para guiar a los estudiantes a adquirir nuevos conocimientos paso a paso.
En cuarto lugar, es necesario resumir y hacer que el conocimiento de los estudiantes sea sistemático y científico, y prestar atención a corregir algunas comprensiones incorrectas para ayudar a los estudiantes a dominar el conocimiento con precisión.