Frases que describen los cambios de las personas mayores

Las frases que describen los cambios de los ancianos son las siguientes:

1. El tío Li no es alto, tiene el pelo gris y su rostro curtido está lleno de arrugas dejadas por los años. Esos ojos tiernos siempre brillan con bondad.

2. La anciana estaba encorvada, sosteniendo un bastón en la mano y tambaleándose. Tenía el rostro arrugado, pero era fácil ver que era un anciano curtido. Ella es muy atenta, se golpea la cintura con la otra mano de vez en cuando y tose un par de veces, lo que hace que la gente quiera ayudarla.

3. El rostro del anciano está cubierto de arrugas, y los giros y vueltas desiguales son como marcas moteadas en la pared, cubriendo su rostro, dejando huellas del tiempo.

4. Era un anciano de más de cincuenta años, de rostro curtido y dos ojos hundidos, profundos y brillantes, de aspecto muy enérgico, su cabello estaba cuidado;

5. El anciano no tiene mucha carne y es tan delgado como un águila pescadora vieja. Sin embargo, su rostro bronceado y su corta barba blanca parecían particularmente enérgicos, y sus ojos hundidos también eran particularmente brillantes. Es raro ver ojos tan agudos y brillantes, excepto en Baiyangdian.

6. Con su figura baja y regordeta, cara regordeta, color marrón oscuro debajo de la frente, dos cejas curvas y un par de ojos delgados, se parece al Buda Maitreya.

7. En el cruce había una anciana, ligeramente encorvada y gordita, que caminaba con paso firme por la carretera vacía sosteniendo un paraguas. El viento y la fuerte lluvia se precipitaron hacia mí. Ella se inclinó con fuerza, agarró el paraguas, dio medio paso hacia atrás y se tambaleó hacia adelante.

8. Seguí la voz y lo saludé. Cuando me acerqué, vi que era un anciano delgado. Con un traje descolorido y zapatillas marrones, barría la calle con una escoba de bambú.

9. El cabello del anciano estaba desordenado y su cabello parecido a un trapeador parecía no haber sido peinado durante varios meses.

10. Frente al ferry, varias personas bajaban de la playa. Una anciana gorda, que caminaba con muletas, daba pasos decisivos al frente. El sol poniente brillaba sobre su cabello plateado, haciéndola lucir radiante.

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