Primero, use mandarín. Un profesor que habla mandarín con fluidez y estándar es simplemente una bendición para los estudiantes y desempeña un papel importante en la excelente realización de las tareas docentes. A través de la observación y la comparación, descubrimos que el uso de la enseñanza del mandarín puede mejorar en gran medida la atención y el interés de los estudiantes en el aprendizaje, armonizar la relación entre profesores y estudiantes y así mejorar el efecto de la enseñanza.
En segundo lugar, la voz debe ser clara y fuerte. El sonido bajo y confuso adormeció y distrajo a los estudiantes, y no sabían lo que decía el maestro. El maestro no solo habla en vano, sino que también hace perder el tiempo a los estudiantes, provocando que estos se cansen de aprender, el ambiente del aula sea aburrido y no puedan completar las tareas de enseñanza.
En tercer lugar, el lenguaje debe ser conciso y claro. No hables demasiado, no hables demasiado, no digas tonterías, no expliques y enfatices un tema una y otra vez, no uses esto, aquello, um, aquello como eslogan.
En cuarto lugar, utiliza más frases afirmativas y menos frases negativas; utiliza más frases declarativas y menos preguntas retóricas: no uses la ironía.
En quinto lugar, presta atención al tono de voz y al ritmo.
En sexto lugar, el lenguaje debe ser sincero y amigable, humorístico pero no vulgar, hermoso pero no impetuoso.
Séptimo, utilizar las palabras correctas y expresar el significado con precisión.