Mirando desde lejos, es un sol rojo brillante. No sé quién lo sostuvo con un colador, sacó la luz dorada del sol y lo roció en las bulliciosas calles, en las ruidosas aulas, en los imponentes edificios de oficinas y dondequiera que pudiera rociarse.
A diferencia de la noche oscura, muestra el raquitismo de un trabajador, la juventud de unos pocos codiciosos y la risa de un grupo de ignorantes. Nunca es tacaño, despierta todo polvo que intenta aferrarse a este mundo.
La hierba lo llama y crece silenciosamente. La ropa lavada se llama y se seca lentamente. Los paneles solares permanentes lo recuperaron y lo salvaron gradualmente. Todo en el mundo lo pide repetidamente, lo disfruta y lo cosecha.
Bañarnos juntos bajo el sol, tal vez yo sepa qué hacer. Si así lo piensas en tu corazón, entonces hazlo y vive a la altura de este regalo más hermoso de la naturaleza, sin importar lo que ella me brinde.