"Rock Star" es una comedia, pero se diferencia de la comedia tradicional que persigue chistes y escenas divertidas. Para ser precisos, es una ligera sátira: por un lado es bueno para burlarse de la música heavy metal, pero por otro se toma en serio el reconocimiento de ella como un género musical que ha tenido sus momentos. Como resultado, lo que se nos presenta es un mundo un poco indulgente y salvaje, pero precisamente por eso nos hace sentir más reales e íntimos.
No hay duda de que "Rock Star" le debe mucho a otra película de temática musical "Famous". Ambas películas muestran a jóvenes aficionados con poca experiencia que han elegido el mismo camino en la vida. "Famous" es sin duda mejor, pero debido a la nostalgia del director Cameron Crowe, la película parece demasiado seria. "Rock Star" no es nada pretencioso, y no hay ninguna diosa de la banda o personaje secundario con aspecto de alma musical que haga comentarios oscuros y misteriosos.
En resumen, "Rock Star" captura brillantemente una época y un entorno específicos, describiendo un período muy inusual en la historia de la música rock: una historia entrelazada con la gloria y el absurdo.