En primer lugar, ten calma a la hora de educar a tus hijos.
Cuando un niño comete un error, asegúrese de comunicarse con él a tiempo. Lo mejor es educar adecuadamente a su hijo cuando tanto él como usted se hayan calmado. La comunicación es la mejor manera de resolver problemas, pero la premisa es que las emociones de padres e hijos no pueden ser demasiado altas, de lo contrario la comunicación eventualmente se convertirá en una pelea. En segundo lugar, no golpees ni regañes.
Los padres esperan que sus hijos se den cuenta de que están equivocados, pero si los golpean y regañan, los niños tendrán miedo y no sabrán dónde se equivocan.
Cuando el niño esté tranquilo, asegúrate de decirle qué ha hecho mal y qué efectos adversos tendrá si sigue extrañando cosas como esta. En tercer lugar, no seas blando de corazón.
En el corazón de los niños, los padres son lo más importante. Por lo tanto, cuando los padres critican a sus hijos, los niños siempre se sentirán agraviados y no mirarán a sus padres con ojos lastimeros.
Lo más tabú en este momento es sostener directamente al niño en brazos para consolarlo. Esto hará que el niño sienta que cada vez que comete un error, puede solucionar el problema de esta manera. Por lo tanto, al educar a los niños, no se debe ser blando. Tenemos que hacerles saber dónde se equivocaron y luego decirles que lo corrijan. Cuarto, dígales a sus hijos que los padres cometen errores.
Algunos niños se negarán a sí mismos cuando cometan errores y pensarán que no son lo suficientemente buenos.
A la hora de educar a sus hijos, los padres también pueden decirles a sus hijos: los padres cometerán los mismos errores y lo más importante es corregirlos a tiempo. ?
Al educar a los niños, también debemos afirmar sus puntos fuertes y hacerles comprender que también son excelentes.
Si el niño es particularmente inestable emocionalmente al educarlo, asegúrese de esperar hasta que se calme antes de comunicarse con él.
Porque en este momento los niños no pueden escuchar lo que dicen los adultos, lo que hará que los adultos se cansen más a la hora de educar a sus hijos.