1. La llamada “Educación del Águila” es un método educativo que imita a las águilas en la naturaleza para entrenar aguiluchos. Hay una leyenda en la naturaleza: después de que el águila dio a luz a una cría, la educación de la cría fue extremadamente dura. Cuando al aguilucho le crezcan plumas y necesite volar, lo colocarán en el borde del acantilado y lo empujarán hacia afuera, para que el aguilucho pueda aprender a volar en el proceso de repetidas fracturas. Sin este entrenamiento diabólico, el aguilucho nunca aprendería a crecer o volar en un cálido abrazo. Hoy en día, la gente aplica este tipo de método de "educación" a sus hijos, pensando que sólo mediante un entrenamiento estricto los niños pueden crecer y ganar en la línea de salida.
2. Nocivo para el desarrollo mental: "Eagle Dad", un método de educación extrema similar al adiestramiento animal, no debe promoverse ni popularizarse, y mucho menos copiarse. En primer lugar, la "Educación del Águila" es muy perjudicial para la formación social de los niños. La investigación psicológica muestra que una buena relación entre padres e hijos y una buena relación de apego en la primera infancia no sólo contribuyen al desarrollo estable y saludable de las cualidades emocionales y morales de los niños, sino que también pueden predecir eficazmente logros futuros. Los niños necesitan la atención de sus padres. Los niños son diferentes de los niños. Todos tienen su propio camino por recorrer. Es más, la primera condición para criar a los niños es dejarles aprender a vivir felices. Esto es más importante que cualquier otra cosa. Incluso si se trata de un ejemplo extremo de éxito educativo, no se puede negar que el éxito seguirá dejando una sombra psicológica en los niños. Cada niño es un individuo independiente con características distintas. La educación no puede ni puede utilizar un modelo.
3. Educar a las familias es una cuestión muy personalizada y no debe ser copiada ni criticada en vano. Sólo puedo decir que lo que es apto para niños es lo mejor. Evidentemente, las prácticas del "Papá Águila" no están incluidas aquí. La educación extrema que priva a los niños de la cálida experiencia de la felicidad y se desvía de la intención original de la educación ya no puede llamarse educación. A diferencia de los animales, los humanos tienen necesidades y experiencias emocionales y, de una manera casi dura, cruel e incluso retorcida, no hay emoción alguna. Una vez que la llamada "educación" con una grave falta de emoción se convierta en un hábito o un patrón, la intensa experiencia de miedo, súplica, impotencia y desesperación seguirá acumulándose, lo que definitivamente arañará el corazón del niño, dejará una sombra de memoria y afectan el crecimiento saludable del niño.