1. Observar de cerca si hay disnea, tos, debilidad, etc. Si aumentan las secreciones respiratorias y se produce disnea, se debe rescatar a tiempo.
2. En caso de fiebre alta, realizar enfriamiento físico y utilizar antibióticos para prevenir infecciones. Voltear periódicamente los dientes del paciente. Durante la atención clínica o
tratamiento, mantener abrigado y evitar resfriarse.
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3. Se debe potenciar la nutrición para potenciar la resistencia del organismo al estrés. Anime al paciente a comer, proporcione una dieta rica en proteínas y alta pirexia y proporcione transfusiones de sangre si es necesario.