El nacimiento de las explosiones nucleares a gran altitud

El 31 de octubre de 1961, la Unión Soviética llevó a cabo una prueba nuclear con explosión aérea a 35 kilómetros sobre Novaya Zemlya. Inesperadamente, la bomba de hidrógeno no solo destruyó todo lo que estaba cerca del centro de la explosión, sino que también impactó los sistemas electrónicos internos. Miles de kilómetros, el radar de defensa aérea terrestre soviético se quemó y no pudo detectar objetivos voladores en el aire. Se interrumpieron miles de kilómetros de comunicaciones y las tropas no pudieron comandar durante más de una hora. Casualmente, el 9 de julio de 1963, después de que Estados Unidos realizara una prueba nuclear en el aire a 40 kilómetros sobre la isla Johnston en el Océano Pacífico, Honolulu, a 1.400 kilómetros de distancia de la isla Johnston, cayó en el caos. La alarma antirrobo siguió sonando, las luces de la calle se apagaron y los relés de los equipos eléctricos se quemaron uno a uno...

En ese momento, la gente no pudo resolver el misterio. Después de varios años de investigación, se descubrió que esto era resultado del pulso electromagnético generado por la explosión de la bomba de hidrógeno. La explosión de una bomba atómica producirá cuatro efectos: onda de choque, radiación óptica, radiación nuclear temprana y contaminación radiactiva, mientras que la explosión de una bomba de hidrógeno añade otro efecto, a saber, el pulso electromagnético.

Cuando explota una bomba de hidrógeno, los rayos gamma de la radiación nuclear temprana interactuarán con las moléculas y átomos del medio circundante, excitando y produciendo electrones de alta velocidad (efecto Compton), formando una gran cantidad de electrones de alta velocidad. -electrones de velocidad. Campo eléctrico muy fuerte. La intensidad del campo eléctrico puede alcanzar desde varios miles hasta decenas de miles de voltios por metro a pocos kilómetros del centro de la explosión y se propaga a los alrededores a la velocidad de la luz. Su rango de acción se amplía a medida que aumenta la altura de la explosión. Si una bomba de hidrógeno con una potencia de 1.000 toneladas explota a una altitud de 40 kilómetros, podría afectar a toda Europa.

Los expertos militares estadounidenses vieron el valor militar de este pulso electromagnético instantáneo generado por explosiones nucleares y comenzaron a no escatimar esfuerzos para estudiar cómo mejorar los efectos del pulso electromagnético generado durante las explosiones nucleares y suprimir varios otros efectos. Consideró que un arma que produce un poderoso pulso electromagnético se llama bomba de pulso electromagnético.

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