El efecto invernadero no sólo está relacionado con cuestiones climáticas y ambientales globales, sino también con cuestiones importantes en diversos campos del desarrollo social y económico, como la producción, el consumo, el estilo de vida y el espacio vital de la sociedad humana.
Aunque existen muchas causas del cambio climático global, un gran número de estudios han demostrado que el efecto invernadero está directamente relacionado con las grandes emisiones de los principales gases de efecto invernadero (GEI).
Los actuales seis grandes GEI, además del dióxido de carbono (CO2), también incluyen el metano (CH4), los óxidos de nitrógeno (N2O), los hidrofluorocarbonos (JMAF), los perfluorocarbonos (PFCS) y el azufre. hexafluoruro (SF6). Los tres últimos suelen denominarse hidrofluorocarbonos fluorados (CFCS) [1]. Estos gases pueden absorber una gran cantidad de radiación térmica de la superficie terrestre, aumentando así la temperatura de la superficie y produciendo un efecto invernadero. La mayor contribución de todos los GEI al cambio climático global es la quema de carbohidratos (abundantes combustibles fósiles), carbón, petróleo y gas natural y las emisiones de dióxido de carbono (CO2).