En primer lugar, una gran cantidad de microorganismos, como mohos y bacterias, pueden adherirse a las cáscaras de huevo enmohecidas, lo que erosionará aún más las proteínas, grasas y otros nutrientes dentro de los huevos, provocando que los huevos se deterioren. y se pudre. Comer huevos mohosos puede provocar molestias gastrointestinales, como diarrea y vómitos, y en casos graves, intoxicación alimentaria.
En segundo lugar, cuando la cáscara de un huevo se enmohece, la membrana dentro de la cáscara también se destruye, lo que provoca que bacterias, moho y otros microorganismos entren en el huevo y contaminen la clara y la yema. Aunque se limpie la carcasa, no hay garantía de que se hayan eliminado por completo los microorganismos. El consumo de huevos contaminados puede causar riesgos potenciales para la salud.
Por lo tanto, se recomienda que cuando las cáscaras de huevo tengan moho, se desechen a tiempo para evitar su consumo accidental. Al mismo tiempo, para garantizar la seguridad y la salud de los alimentos, se recomienda comprar huevos frescos y libres de moho y consumirlos dentro de su vida útil. Si los huevos se almacenan durante mucho tiempo o la humedad ambiental es alta, se recomienda revisarlos periódicamente para detectar moho y deterioro y tratarlos a tiempo.
En definitiva, lo mejor es no comer cáscaras de huevo mohosas para evitar efectos adversos para la salud. Al comprar y almacenar huevos, preste atención a la vida útil y la calidad para garantizar la seguridad y la salud de los alimentos.