En los años 90, el nacimiento de nuevos ingredientes reescribió el panorama del perfume. Una nueva tecnología sin precedentes hace que las fragancias sean más ligeras, fraccionando sustancias aparentemente inseparables para revelar la verdadera naturaleza de los ingredientes naturales. Esta vasta e inexplorada área de la tecnología inspiró a Jacques Beauju a repensar la formulación de las fragancias de cacao. No se trata de un simple cambio, ni de una transformación completa, sino de otra cara de la señora Chanel. Este pensamiento sentó las bases de la fórmula de la fragancia Gabrielle Bonheur Chanel que creó en 2001.
Algunos éxitos se anuncian al mundo mucho antes de que nadie los conozca. Su llegada no fue prevista, pero superaron todas las expectativas y convirtieron los sueños en realidad. El perfume Gabrielle bonheur Chanel es precisamente eso. Nadie podría preverlo, pero puede hacer maravillas.