¿Por dónde empezamos a prevenir la enfermedad de Parkinson?

Se han logrado algunos logros a lo largo de los años. Muchos expertos creen que la aparición de la enfermedad de Parkinson no es causada por un solo factor, sino que está estrechamente relacionada con el envejecimiento, la susceptibilidad genética y las toxinas ambientales, que aumentan la incidencia de la enfermedad de Parkinson. Es necesario prevenir tanto las enfermedades primarias como las secundarias.

Las toxinas ambientales se refieren a intoxicaciones por gases, contaminación por pesticidas, contaminación del agua, así como algunos fármacos (reserpina, butirofenona) y enfermedades geriátricas (hipertensión, hiperlipidemia, hiperglucemia, arteriosclerosis cerebral, etc.). Para prevenir la aparición de la enfermedad de Parkinson, debemos evitar la exposición a estos factores de riesgo en nuestras vidas y tomar medidas de autoprotección. Para aquellos con antecedentes familiares de la enfermedad de Parkinson y portadores de genes relacionados, se deben reforzar los exámenes físicos periódicos y la educación sanitaria.

Además, la mayoría de los pacientes con Parkinson son pacientes de mediana edad y ancianos. A medida que las personas envejecen, la resistencia de su cuerpo disminuye y diversas enfermedades se aprovechan de esta debilidad. Para mejorar la salud física y la inmunidad, se recomienda que los pacientes de edad avanzada realicen un ejercicio físico más adecuado, sigan una dieta razonable, combinen trabajo y descanso, eviten el exceso de trabajo y mantengan un estado de ánimo optimista y alegre.

Si te han diagnosticado la enfermedad de Parkinson, debes tener una actitud positiva, afrontarla positivamente, realizar un tratamiento activo, utilizar los medicamentos de forma racional, realizar la cirugía en el momento adecuado y hacer ejercicio adecuado.