Mazu Daoyi defendía que todos los seres vivos son iguales al Buda. Esta visión se expresa desde el lado positivo ya que la mente es el Buda, y desde el lado negativo no es ni el corazón ni el Buda. Él cree que "el Tao no necesita ser cultivado, pero no debe ser contaminado" y "una mente normal es el Tao". Mientras despiertes a esta mente normal, podrás encarnar la naturaleza búdica en tu caminar, pararte, sentarte, acostarte y responder a las oportunidades diarias. Esto tuvo una gran influencia en las generaciones posteriores del Zen.