Poema en prosa del anochecer

El viento oblicuo soplaba en otoño, mordiendo como loco.

Espalda del peatón. Me senté en un rincón del parque.

Sobre el viento, el humo que se escapa por la comisura de la boca

Filtrando lentamente tristeza y consuelo.

Pasó mucha gente, sin dejar más que huellas.

Aún queda un desagradable olor a perfume en el aire.

Es como tapar evidencia de sudor.

Es más bien una acusación débil que existe en el mundo.

Vislumbré el sol sobre sus cabezas a través de sus espaldas irregulares en la distancia.

La luz marrón se mezcla con la sangre.

La sangre es como la noche, sin temperatura.

En un final de otoño tan impío, soy una persona caída.

Saqué suavemente el óxido de larga data de las juntas.

Encontré un grupo de personas corriendo con sus vidas en sus manos.

Hombre, mujer, viejo, joven. En medio de miradas horrorizadas

Saca algunos autos blancos. Alguien miró con cara seria.

Es tan deslumbrante. Sólo podía quedarme donde estaba.

Mirándoles las espaldas con tristeza y lástima.

Algunas personas caen en el camino de la vida, y otras viven.

Un carro de hierro colocado sobre una estructura dura.

Sigue igual. No dije nada.

Como el anochecer. Permaneciendo inexpresivo y en silencio

La luz del sol en la calle fue barrida repetidamente.

Y por mucho que caminaba, no podía salir.

Eso es pánico. Como el rugido del otoño con dolor

Como el grupo de personas saltando con la vida sobre sus hombros.

Solo soy un payaso serio

No puedo divertir a los transeúntes. No puedo hacerlo yo mismo.

Triste. Este soy yo al anochecer.

Sobre la tristeza. Fue causado sin querer por otros

De esta manera, comencé a odiar el anochecer sin ninguna razón

. Noche y amanecer.

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