En 1969, "El Padrino" se convirtió en un éxito instantáneo. No sólo encabezó la lista de libros más vendidos del New York Times durante 67 semanas consecutivas, sino que también se convirtió en el más vendido en otros países como el Reino Unido. Francia y Alemania, con un total de 100.000 ejemplares vendidos 21 millones de copias. Más tarde, Puzo colaboró con Francis Copra para adaptar "El Padrino" al guión de una película, que Copra llevó a la pantalla. El éxito de la película superó con creces el de la novela, ganando varios premios Oscar y recaudando millones de dólares. Algunas de las líneas de la película se convirtieron en jerga popular en ese momento y algunas se han incluido en el léxico estadounidense. La locura por "El Padrino" también dio origen a un nuevo tipo de novela policíaca de antihéroes: las novelas policiales familiares. Las novelas policiales familiares suponen un avance fundamental en el modo de creación de las novelas policiales tradicionales de antihéroes. Las novelas policiales tradicionales de antihéroes, incluidas las novelas de suspenso negro, tratan más de asesinatos que de criminales individuales. Incluso algunas novelas que describen bandas criminales enfatizan el ascenso y caída personal del protagonista criminal, y el autor expresa el trágico final del protagonista criminal. "El Padrino" describe una familia criminal y su lucha entre las fuerzas del hampa estadounidense. El autor pretende mostrar las asombrosas aventuras del protagonista. Desde "El Padrino", el modelo de novela policíaca de antihéroes estadounidense ha logrado una transformación de un protagonista castigado a un protagonista aventurero.
Los críticos literarios creen que las obras de Mario Puzo no sólo son beneficiosas para los estudiosos de la literatura del siglo XX, sino también para los futuros sociólogos e historiadores. En opinión de James B. Hall, las novelas de Puzo "muestran el poder de las mejores novelas regionales de mediados del siglo XIX".