La lectura es una especie de apreciación de la composición del esquema.

"Salto a los libros como un hombre hambriento salta al pan". Éste es el lema del gran escritor Gorky. Después de probarlo con atención, sentí que era genuino. La lectura no es sólo un maravilloso viaje espiritual, sino también un ingrediente nutricional indispensable para nosotros. No solo puede enriquecer nuestro cerebro, sino también agregar muchas risas a nuestras vidas, por lo que la lectura nos brinda una especie de alimento espiritual. En la escuela leemos; es para tener algo de qué reírnos. En la biblioteca leemos libros; es para adquirir conocimientos. En casa leemos libros; es para hacernos un camino espiritual. La lectura nos brinda un disfrute espiritual infinito.

En casa, el tiempo aburrido siempre es muy difícil de pasar. A menudo me quedo solo en casa y me siento muy libre. Ver televisión siempre es tan aburrido, me siento tan aburrido y solo todos los días. Es decir, siempre voy al escritorio, cojo un libro y lo leo. Las historias que hay dentro siempre me atraen profundamente y me transportan a otra época. Me llevó a la dinastía Shang, donde vi a los dueños de esclavos conduciendo sus autos para trabajar sin cesar para ellos mismos, a los soldados oprimiendo a la gente en las calles y a los funcionarios corruptos matando a la gente una tras otra, dejándolas bajo el fuego. también insatisfactorio y me hizo saborear el sufrimiento del pueblo. Me llevó de nuevo al campo, donde vi los altos álamos, los sinuosos arroyos, la inocencia de los niños, la sencillez y diligencia de los agricultores... Sentí el sencillo estilo rural. Me llevó al Guerrero de Hierro Paul y vio su voluntad indomable, su espíritu intrépido y su lealtad al partido. Me hizo darme cuenta de lo valiente y tenaz que es y de lo mediocre e incompetente que es. Me llevó hacia el campo de batalla lleno de humo, donde vi las atrocidades cometidas por los fascistas alemanes, el pueblo gimiendo de dolor y los mártires revolucionarios caídos, lo que me hizo darme cuenta de la vida feliz que tengo ahora...

Leer no sólo enriquece mi cerebro y ejercita mi voluntad, sino que también me da una idea de la maravillosa vida que tengo ahora. También me dio una especie de disfrute, un disfrute espiritual único. Me permitió disfrutar nadando en el pasado, experimentar los sufrimientos de la gente, saborear las costumbres y costumbres del campo, apreciar la ética y la moral de los mártires y experimentar una vida feliz.