La vida real de un ermitaño es una vida alejada de la ajetreada vida de los teléfonos móviles, el dinero y el trabajo. Es una vida cómoda y tranquila cerca de la naturaleza todos los días. La vida moderna está llena de problemas y estrés. Todos los días, cuando vas a trabajar, tienes que pensar en cómo mejorar tu rendimiento, y cuando sales del trabajo, tienes que preocuparte por tus gastos de manutención. Incluso si no necesitas preocuparte por el dinero, todavía estás ocupado con todas las cosas materiales todos los días y no puedes encontrarte a ti mismo y disfrutar de un momento de paz. Si tuvieras la oportunidad de vivir recluido, ¿cómo sería esa vida? 1. Ya no te preocupes por la riqueza material.
El lugar de reclusión se encuentra naturalmente en lo profundo de las montañas y bosques, incluso inaccesible. En este momento, todos los gastos y artículos necesarios deben ser autosuficientes. Al igual que esos monjes que se retiran a las montañas y los bosques, se ganan la vida cultivando sus propias tierras y recogiendo frutas. Los gastos aquí son muy pequeños, por lo que los grilletes materiales que siempre nos han atado se han ido. Sin tener que preocuparse por el dinero, la vida de las personas sería mucho más feliz. 2. Manténgase alejado del mundo turbulento.
Además, en la ciudad no hay aglomeraciones ruidosas en las profundas montañas y bosques centenarios. En la ciudad la interacción social es fundamental. Sin embargo, la interacción social no necesariamente trae placer; a veces trae problemas y ansiedad. Parece que no podemos ofender a nadie, parece que siempre hacemos amigos para sacar provecho y nadie parece ser capaz de decir la verdad. Qué vida tan dolorosa es, incluso si hay muchas personas a tu alrededor, nadie entra en tu corazón en absoluto.
Al mismo tiempo, debido al desarrollo de Internet, podemos recibir mucha información todos los días. Estos mensajes tienden a ser emocionalmente agotadores. A menudo prestamos atención a la información fragmentada, nos sorprenden las noticias exageradas o nos confunden los rumores verdaderos y falsos. Incluso en la vida, todo tipo de palabras que calumnian y calumnian a los demás nunca cesan. Estos mensajes llegan como olas y la gente siempre queda asfixiada como si estuviera atrapada en las olas.
En las profundas montañas y bosques, todo se vuelve tranquilo. No más vida social falsa, no más necesidad de preocuparse por mantener una relación; no más información fragmentada, no más necesidad de gastar energía para prestar atención; no más chismes irrelevantes, déjate quedar atrapado en el entretenimiento y la información no nutritiva. En este momento, lo que enfrentamos todos los días será la verdadera naturaleza y el verdadero yo. 3. Disfruta de la naturaleza y vuelve a tu verdadero yo.
¿Alguna vez has disfrutado de un periodo de tiempo sin hacer nada? Simplemente inclínate, siéntate y recuéstate tranquilamente, sin pensar ni hacer nada. Mucha gente ha dicho que este tipo de tiempo a solas es un momento de autocuración. A menudo es difícil encontrar tiempo como este en la ciudad porque siempre nos atraen nuestros teléfonos. Y cuando vivo recluido en las montañas profundas y los bosques viejos, cada día es un momento para sanarme, simplemente miro al cielo, siento el viento que sopla, las nubes que pasan y escucho el susurro de las hojas.
Todo es tan hermoso, la naturaleza está a tu alrededor. Este es un buen momento para estar a solas contigo mismo. No hay necesidad de preocuparse por otras cosas ni por otras personas. Aléjate de las emociones negativas y cada día será un nuevo comienzo.
En general, vivir en reclusión en las montañas profundas y en los bosques antiguos permitirá a las personas regresar verdaderamente a sus almas y olvidar su apego a intereses y disputas, y la vida será naturalmente hermosa y cómoda.