La meseta Qinghai-Tíbet situada en el oeste de China no sólo tiene un entorno natural muy duro, sino también un entorno climático muy duro. Es la meseta más alta de China e incluso del mundo, y se la conoce como el techo del mundo. La primera expedición de China a la meseta tibetana tuvo lugar en 1973 y han pasado más de 40 años desde la segunda expedición en 2017.
Gran altitud y baja temperatura.
Debido a que la meseta Qinghai-Tíbet tiene una gran altitud, su temperatura es muy baja. Por cada 100 metros de aumento de altitud, la temperatura disminuye 1 grado centígrado. Junto con la compleja topografía de esta meseta, el clima y el medio ambiente aquí varían mucho. Debido a la fina capa de nubes y la fuerte radiación solar en la meseta Qinghai-Tíbet, la temperatura aquí aumenta y se enfría rápidamente, y puede descender a temperaturas muy bajas en cualquier momento.
Hipoxia
Como se mencionó anteriormente, la meseta Qinghai-Tíbet tiene una gran altitud y las nubes de aire son muy delgadas, lo que facilita la formación de bajas presiones. La baja presión del aire es propensa a la hipoxia, especialmente en altitudes superiores a los 4.000 metros. La mayoría de las personas experimentarán reacciones hipóxicas agudas, con síntomas como mareos, dificultad para respirar, náuseas y distensión abdominal. Algunas personas incluso pueden experimentar taquicardia y coma. Para algunas personas, este fenómeno meteorológico es temporal y desaparecerá después de un período de adaptación, sin embargo, para algunas personas dura mucho tiempo y tiene dificultades para adaptarse a la reacción hipóxica a gran altura.
Los rayos ultravioleta son muy fuertes.
Debido a que las nubes de aire en la meseta Qinghai-Tíbet son muy delgadas, los rayos ultravioleta emitidos por el sol no se absorben fácilmente, por lo que los rayos ultravioleta en la meseta Qinghai-Tíbet son muy fuertes. Si no se pueden tomar medidas de protección al salir, es fácil que las membranas celulares del cuerpo se peroxiden, provocando que la piel se vuelva negra. Además, los problemas de erosión del suelo y degradación de los pastizales en la meseta tibetana también son graves y exigen que nuestros científicos sigan realizando investigaciones científicas.