La Doctrina Monroe fue publicada en 1823, expresando la opinión de los Estados Unidos de América en ese momento de que las potencias europeas ya no debían colonizar las Américas ni involucrarse en asuntos relacionados con la soberanía de los países americanos como Estados Unidos y México.
La Doctrina Monroe tiene tres significados principales:
Requiere que los países europeos no colonicen el hemisferio occidental. Este principio no sólo expresa oposición a la expansión de los países de Europa occidental en América Latina, sino que también se opone a la expansión rusa en la costa occidental de América del Norte;
exige que Europa no interfiera en los asuntos de los países americanos independientes;
garantiza que Estados Unidos no interferirá en los asuntos europeos, incluidos los asuntos de las colonias europeas existentes en las Américas. La Doctrina Monroe no tuvo mucho impacto en ese momento porque la influencia de Gran Bretaña en América Latina era mucho mayor que la de Estados Unidos.
Después de la década de 1840, Estados Unidos revivió la Doctrina Monroe.
Los antecedentes de la Doctrina Monroe:
Esta opinión fue expresada por el presidente James Monroe en su séptimo discurso sobre el Estado de la Unión ante el Congreso. El discurso comenzó vacilante y luego se tornó apasionado. Este fue un punto de inflexión en los asuntos exteriores de Estados Unidos.
A principios del siglo XIX d.C., los países latinoamericanos iniciaron sus movimientos independentistas.
Estados Unidos cree que expulsar a las potencias europeas de los países latinoamericanos será beneficioso para la seguridad estadounidense; al mismo tiempo, Estados Unidos puede desarrollar mercados en estas regiones.
De modo que Estados Unidos es el primer país fuera de América Latina en reconocer la independencia de América Latina.
En 1823 d.C., el secretario de Asuntos Exteriores británico Canning sugirió que Gran Bretaña y Estados Unidos deberían unirse para oponerse a la interferencia europea en el hemisferio occidental.
Estados Unidos no estaba dispuesto a renunciar a la oportunidad de expandir su poder en Estados Unidos, ni tampoco estaba dispuesto a verse limitado por Gran Bretaña.