En el chino antiguo, "ultimátum" también se transliteraba como "carta de duelo" basándose en el inglés "ultimátum", y su etimología es el latín "último".
Un ultimátum diplomático es una exigencia final que no deja lugar a la negociación. Por lo general, no se aceptan ultimátums y el siguiente paso son sanciones severas o incluso una declaración de guerra.
A veces, los países que planean declarar la guerra utilizan ultimátums como medio de guerra. Estos ultimátums suelen contener términos duros y la persona que los emite sabe que la otra parte no los aceptará todos. El ultimátum de julio emitido por Austria-Hungría a Serbia y que provocó el estallido de la Primera Guerra Mundial entraba en esta categoría.