¿Cómo debemos educar a nuestros hijos frente al robo?

1. Educar a los niños con paciencia. No importa cuál sea el motivo del niño para tomar las cosas de otras personas, "robar" es un acto deshonroso. Tal vez el solo hecho de saber que su hijo se llevó las cosas de otra persona le sorprenda: ¿Cuándo aprendió su hijo a robar? Pero recuerda, no puedes enojarte en este momento y mucho menos pelear con tus hijos. Algunos padres creen que sólo "golpear" puede corregir el comportamiento de "robo" de sus hijos. De hecho, está mal si no se golpea bien al niño, no solo no se le ayudará a deshacerse de los malos hábitos, sino que también se distanciará de la relación entre padres e hijos. la familia. No sólo es difícil deshacerse del comportamiento de "robar", sino que también puede tener miedo de volver a casa, deambular afuera, asociarse con pródigos en la sociedad, que se aprovechen de ellos y, finalmente, extraviarse. Por lo tanto, ante el comportamiento de robo de un niño, las madres trabajadoras primero deben controlar sus emociones y calmarse, y luego educar a sus hijos con calma. Cuando eduques a tu hijo en este ámbito debes preocuparte por las cosas y las personas, señalarle sus errores de manera amigable, respetar su personalidad, no herir su autoestima y evitar que sienta disgusto o antagonismo hacia ti.

2. Inculcar los conceptos morales correspondientes en los niños. Si el niño no ha recibido educación en esta área, los padres deben encontrar la oportunidad de discutir este tema con su hijo lo antes posible. Independientemente de si el niño tiene este comportamiento, deben hacerle comprender que robar es incorrecto e inmoral. Pertenece a otra persona y no puedes llevártelo a tu casa. Si te gusta, debes pedir permiso a los demás antes de quitártelo y debes expresar tu gratitud a los demás. Si no le pides permiso a alguien, simplemente debes llevarte algo a casa y devolvérselo lo antes posible, disculparte y admitir tu error.

3. Enseñar a los niños a controlar sus deseos. Todos los niños tienen el deseo de poseer las cosas que les gustan y les resulta fácil actuar impulsivamente cuando nadie los mira. Por lo tanto, la prevención temprana es particularmente importante. En la vida diaria, las madres trabajadoras pueden enseñar a sus hijos a controlar los deseos en función de situaciones específicas. Por ejemplo, cuando vayan de compras, deben recordarles a sus hijos con anticipación que no pueden llevarse cosas sin pagar; o cuando visiten la casa de un amigo, primero deben decirles a sus hijos que no toquen las cosas de otras personas sin su permiso.