Primero, crea de vez en cuando algunas pequeñas sorpresas. Todo el mundo es feliz en las primeras etapas del matrimonio, pero después de un largo período de vida aburrida, parecerá un poco aburrido. Este es un proceso por el que pasa todo matrimonio. Algunas personas optan por darse por vencidas en estas vidas de mal gusto, pero otras saben cómo romper con esa vida de mal gusto. De vez en cuando, darse algunas pequeñas sorpresas puede traer un sentido de justicia en la vida, o algunos pequeños cambios pueden hacer que un matrimonio sea diferente.
En segundo lugar, comprendernos y apoyarnos mutuamente. La vida tiene alegrías y dolores, y la vida matrimonial de nadie será fácil. Pero un buen matrimonio requiere comprensión mutua. Por ejemplo, algunos hombres piensan que a las mujeres les resulta fácil cuidar a los niños en casa, mientras que las mujeres piensan que los hombres no están cansados en el trabajo. Este tipo de vida matrimonial es muy agotador. Un buen matrimonio debe basarse en el entendimiento mutuo. Tú conoces mis dificultades y yo las tuyas, para que podamos apoyarnos mejor unos a otros.
En tercer lugar, no te quejes demasiado. Si permanecéis juntos durante mucho tiempo, inevitablemente surgirán problemas. Cuando encuentre dificultades, encuentre una manera de resolverlas. No te quejes demasiado. Estas quejas diluyen sus sentimientos. Algunas personas tienen tal carácter que incluso si se topan con una cosa pequeña, sienten que el cielo se cae y siguen quejándose. Al final ambas partes perdieron la paciencia y el matrimonio fracasó.