Comunicación abierta
Mantener una comunicación abierta, escuchar a los niños, respetar sus opiniones y hacer que el diálogo sea más armonioso. Deje de culpar y regañar y, en cambio, comuníquese con su hijo como a un igual.
Reglas razonables
Establece reglas en la casa con tus hijos, déjales entender los límites y las consecuencias, y dales la libertad adecuada. Las reglas deben ser razonables, ni demasiado duras ni demasiado laxas.
Inculcar un sentido de responsabilidad
Involucrar a los niños en las tareas domésticas y el estudio, cultivar la autodisciplina y el sentido de responsabilidad de los niños y mejorar ellos mismos. Las tareas domésticas y el estudio son partes necesarias del crecimiento de los niños y formas importantes de cultivar un sentido de responsabilidad.
Da buen ejemplo
Los padres deben dar ejemplo y transmitir energía positiva, y sus hijos imitarán su comportamiento y se convertirán en mejores personas. Los padres son los primeros maestros de sus hijos y deben darles el ejemplo correcto.
Ayuda de expertos
Cuando la conducta rebelde es grave y persistente, es recomendable buscar ayuda en asesoramiento psicológico o terapia familiar para proporcionar una orientación más específica al niño. La ayuda profesional puede resolver mejor los problemas y ayudar a los niños a salir más rápido del período rebelde.
Mantén la calma y la paciencia.
El período de rebelión es temporal y la comprensión y el apoyo de los padres son la clave para el crecimiento de un niño. ¡Mantén la calma y la paciencia, acompaña a tus hijos durante esta etapa y observa cómo se convierten en adultos independientes y seguros!