Las copas de oro y plata no son tan famosas como las de la gente común, y los premios de oro y plata no son tan buenos como los elogios de la gente común. Por supuesto, los monumentos tangibles pueden ser ampliamente publicitados y conocidos en el mundo; lo que es precioso y verdaderamente inmortal es la reputación de la gente corriente. Sólo teniendo siempre en cuenta los intereses del pueblo y tomando sus deseos como nuestro refugio podremos crear una vida verdaderamente inocente.
Las copas de oro y plata no son tan famosas como las de la gente común, y los premios de oro y plata no son tan buenos como los elogios de la gente común. El significado esencial de esta frase es que los funcionarios públicos deben establecer una visión correcta del desempeño político. Establecer una visión correcta del desempeño político, en última instancia, es implementar fielmente el propósito del partido y garantizar verdaderamente que el pueblo utilice el poder, que los sentimientos estén vinculados al pueblo y que el pueblo busque los beneficios.
El tipo de logros políticos que se persiguen es una piedra de toque para medir si un cuadro dirigente puede tratar correctamente a las masas, a la organización y a sí mismo. Establecer una visión correcta del desempeño político, lograr verdaderamente "un mandato como funcionario, beneficiar a un partido", trabajar duro y lograr resultados para el partido y el pueblo.
El desempeño de los funcionarios públicos debe resistir la prueba de las masas, la práctica y la historia, y no debe servir a sus superiores ni a sus propios intereses egoístas. Por lo tanto, siempre debemos tomar las emociones de las masas como la primera señal y las necesidades de las masas como la primera opción. Tal como dijo Zheng Peimin, un "ministro del pueblo": "Ser funcionario es lo primero, servir al pueblo primero". "El estado más elevado de un funcionario es hacer cosas prácticas para el pueblo y ser reconocido por el pueblo". ". "Las copas de oro y plata no son tan famosas como las de la gente común, y los premios de oro y plata no son tan buenos como los elogios de la gente común".
Por supuesto, los monumentos tangibles pueden publicitarse ampliamente y dar a conocer al mundo; lo que es precioso y verdaderamente inmortal es la reputación de la gente corriente. Sólo teniendo siempre en cuenta los intereses del pueblo y tomando la voluntad del pueblo como nuestro refugio podremos crear logros políticos que sean verdaderamente dignos de los tiempos y la historia.