Propiedades físicas y químicas del sodio metálico.

Las propiedades físicas y químicas del sodio metálico son las siguientes:

1. Propiedades físicas:

Apariencia: el sodio metálico es un metal blanco plateado brillante.

Dureza: El sodio metálico tiene una dureza baja y se puede raspar con una hoja de afeitar o con la uña.

Densidad: La densidad del sodio metálico es relativamente baja, alrededor de 0,97g/cm3. Esto lo hace relativamente liviano.

Punto de fusión: el sodio metálico tiene un punto de fusión relativamente bajo, de unos 98 grados Celsius (208 grados Fahrenheit), por lo que es sólido a temperatura ambiente.

Conductividad eléctrica y térmica: El sodio metálico es un excelente conductor eléctrico y térmico con alta conductividad eléctrica y térmica.

Ductilidad y plasticidad: el sodio metálico tiene buena ductilidad y plasticidad y puede estirarse fácilmente en filamentos o prensarse en láminas delgadas.

Magnetismo: El sodio metálico es ferromagnético a temperatura ambiente, pero se vuelve paramagnético a altas temperaturas.

2. Propiedades químicas:

Reactividad: El sodio metálico es un metal muy activo y con alta reactividad. Reacciona con oxígeno, agua y muchas otras sustancias. Cuando el sodio metálico reacciona con el oxígeno del aire, se produce óxido de sodio blanco (Na2O).

Reacción con el agua: El sodio metálico reacciona muy violentamente con el agua para producir hidrógeno e hidróxido de sodio (NaOH). Esta reacción suele ir acompañada de mucho calor y chispas, por lo que el sodio metálico debe almacenarse en un gas inerte para evitar que reaccione con la humedad del aire.

Reacción con ácido: El sodio metálico puede reaccionar con el ácido para generar la correspondiente sal e hidrógeno. Por ejemplo, la reacción con ácido sulfúrico produce sulfato de sodio y gas hidrógeno.

Reacción con halógenos: El sodio metálico puede reaccionar con elementos halógenos (como cloro, bromo, yodo) para formar las correspondientes sales. Por ejemplo, reacciona con el cloro para formar cloruro de sodio (sal).

Propiedad reductora: El sodio metálico es un fuerte agente reductor que puede reducir otras sustancias, como los óxidos metálicos. Esta propiedad juega un papel importante en determinadas reacciones químicas.

Cabe destacar que la alta reactividad e inflamabilidad del sodio metálico requiere una manipulación cuidadosa en laboratorios e industria para evitar accidentes. Al almacenar y manipular sodio metálico, a menudo es necesario aislarlo de un gas inerte (como el argón) para reducir el contacto con el aire y el agua.